ABSTRACT

Gracias a la globalización, los evaluadores tienen mas posibilidades de trabajar con grupos multiétnicos y de diferentes culturas. Gente procedente de diversas culturas puede mostrar diferencias: distintos puntos de vista sobre cosas, en las formas de expresión, creencias, valores, normas, costumbres, creencias, comportamientos, conocimientos y lenguaje. Estas diferencias pueden causar dificultades en el trabajo de evaluación y en la interpretación de los datos reunidos mediante técnicas participativas. El objetivo de este articulo es arrojar luz sobre estos temas considerando la superación de las barreras culturales con la evaluación participativa. Para ello, se reflexionará sobre algunas experiencias de evaluación entre las culturas latina (p.ej. España) y anglosajona. Algunas de estas diferencias ¿considerando la necesidad de simpatía, familiaridad, individualismo, establecimiento de distancias de poder entre las personas, realización de las cosas de una forma explicita, la diferente concepción e importancia del tiempo, etc.- muestran consecuencias significativas prácticas para el trabajo en evaluación participativa. Algunas conclusiones son presentadas considerando la importancia del entendimiento de la naturaleza humana y las implicaciones de tener en cuenta las diferencias culturales (p.ej. Latina vs. Anglosajona) cuando se aplican enfoques y herramientas participativas.